Con uno de los mejores cafés que he tomado hasta ahora, después de moler los granos con un grato presente recibido hace unos días por parte de un amigo y mientras revisaba mis redes sociales he sentido la necesidad de aclarar a algunos puntos sobre el papel de los empresarios en un contexto económico y político del país bastante complicado.
Sorprendido ante algunas
expresiones con carácter negativo o incluso con un tono de exigencia por parte
de varios cibernautas ante la actitud “pasiva” de los empresarios; después de
haber cumplido siete años en este mundo del emprendimiento que ha estado madurando
hacia el empresariado y en vías de aclarar algunos roles me gustaría compartir ustedes
mi punto de vista.
El empresario es un individuo, clasificado como “empresario” por la
forma de ocupación que ha elegido para ganarse la vida; es un individuo que
tiene sus propias ideologías y sus propias preferencias; lo que no significa
que adoctrina a sus colaboradores y mucho menos que les exija que militen o actúen
según el pensamiento personal del dueño de la empresa.
Empresario no es lo mismo que guerrero, la responsabilidad de cada decisión
de un empresario es proporcional a las personas que trabajan directa o
indirectamente con él, por lo que está obligado a ser más consecuente y menos
impulsivo, ya que una decisión eufórica o errada puede complicar el sustento no
solo de su familia, sino que de todas las familias relacionadas con la empresa.
El empresario no es un guerrero y sus colaboradores no son sus tropas.
La “cobardía” no es parte de su vocabulario, al menos no en
Bolivia; para los que creen que los empresarios son “cobardes” por actuar con
cautela, deberían verlos en “condiciones normales”, cuando al menos tiene 6 o 7
actores que silenciosamente vigilan sus pasos o que siempre están evolucionando
para generar más controles y menos libertad, como ser : Ministerio del trabajo,
Impuestos Nacionales, Alcaldía municipal, Aduana Nacional, Autoridad de empresas
y hasta los del INE ahora son parte del perímetro del empresariado; todos con
poderes crecientes y a distintas escalas y aun asi el empresario boliviano sigue
en su lucha.
Según “The Heritage Foundation” en su estudio del 2018 sobre libertad empresarial, ocupamos el puesto 119 de 189, en el 65% del mundo es menos complicado negocios que en Bolivia y aun así todavía hay empresarios que apuestan al país.
Según “The Heritage Foundation” en su estudio del 2018 sobre libertad empresarial, ocupamos el puesto 119 de 189, en el 65% del mundo es menos complicado negocios que en Bolivia y aun así todavía hay empresarios que apuestan al país.
El individuo que también es empresario y además apoya una decisión con carácter cívico, es
de valorar, ya que se ha sacado el uniforme y el tiempo que podría destinar a
cualquier actividad lo utiliza para defender su ideología sabiendo al mismo
tiempo está perdiendo recursos económicos y temporales. Un dia que se paralizan
las actividades es un dia menos de ingresos que va a desequilibrar la balanza mensual
sin olvidar que es un día de gastos ya que encima debe pagar un día completo de
planilla de todos sus trabajadores sin haber producido ni un céntimo.
La gente a menudo confunde los roles. “individuo” no es
igual a “empresa” ; ni empresa es lo mismo que “equipo táctico”
En estos tiempos inciertos y complicados el que más aporta,
en la realidad, no en las redes sociales y al mismo tiempo el que mas pierde, es el empresario;
Así como el empresariado apoya las medidas cívicas también es el empresariado
el que más apoyo necesita en estos momentos.
Debemos
ser equitativos, la
misma voz con la que reclamas a los empresarios, debe ser igual de fuerte que la
voz para exigir factura, comprar en locales formales y rechazar medidas como el
doble aguinaldo; no tiene sentido que exijas que el empresario se transforme en
un guerrero temerario mientras sigues mirando de palco, como hace mucho tiempo lo están ahorcando.
Blog: http://nelsonsatt.blogspot.com/ - Twitter: @nelsonsatt - Nelson Satt Abujder